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Herri txiki bat, denontzat

Elkarbizitza berreraikitzeko iritziak

Indarkeria desagertu ondoren elkar bizitza berreraikitzeko bideak nola jorratu behar diren iritziak irakurri ditut "Diario Vasco" egunkarian. Egunkari honek zuzendutako galdeketei erantzuten dituzten artean JESUS MARI MUJIKA Aizarnakoa ikusten da,beste hiru lagunekin batera. Denak ere erantzun zuzenak ematen dituzte nire ikuspegitik, baina hemen Aizarnakoak ematen dituenak bakarrik azalduko ditut, idatzia luze joan ez dadin.

Gai honetan biztanle arrunt batek ere baditu bere irizpideak, baina mutil hau filosofia eta etikako irakaslea izanik, sakonago arrazoitzen dituela uste dut honelako gaiak.

Erabiltzen dituzten hitzak ulertzen nahiko zailak izaten dira askotan, nire moduko ulermen maila duenarentzat, baina oraingoan nahiko errez jasotzen da esaten duen guztia.

Bizi dugun garai honek, merezi du gai honi buruz dauden iritzi guztiak irakurtzea, egoera zail hau gainditzeko ikuspegi pertsonal bat izaten laguntzen du eta.

Jon Egiguren

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Una demanda extendida

¿Reconciliación es normalización?

Reconstruir la convivencia en Euskadi es una demanda a la que se alude reiteradamente tras el anuncio de ETA. ¿Es posible la reconciliación? ¿Hasta qué punto se ha destruido la convivencia? ¿Qué es lo que hemos tenido hasta ahora?

-Jesus Mari Mujika. Es totalmente necesario reconstruir la convivencia en Euskadi. Toda aceptación de la violencia genera una degradación moral. Esa degradación moral se ha dado en nuestro país sin ningún género de dudas y no se soluciona ni con una declaración de paz ni con una declaración del fin de la violencia. Llevamos más de cuarenta años desde los primeros muertos de ETA en los cuales la violencia políticamente justificada ha estado presente siempre aquí. Eso ha creado un problema del cual nos va a costar salir y exigirá un esfuerzo por parte de todos.

-Mujika. Yo sí estoy de acuerdo en que la reconciliación social es un terreno perfectamente adecuado. Cuando hablamos de las víctimas, la mayoría de la sociedad ha mantenido un silencio indiferente; otra mucha gente, un silencio de rechazo. Y ahora hay que empezar a hablar. Pero para hablar con todos hay que tener mucho cuidado y hay que utilizar responsablemente la palabra y los silencios. Aquí ha habido mucho silencio indiferente y de rechazo, pero muy poco silencio del respeto.

Las condiciones

Reparación del dolor, Justicia y diálogo

-¿Cuáles son las condiciones imprescindibles para la reconciliación, o normalización, que hagan posible la construcción de la convivencia?

-Mujika. En la pacificación participa toda la sociedad y no exclusivamente los políticos. Primero, actitud positiva, interés en la pacificación y deseo en conseguir esa convivencia. Segundo, esclarecer la verdad con sinceridad y también con prudencia. Tercero, reconocimiento y reparación posible del dolor causado. Reconocer a una víctima para mí es aceptar que no ha sido algo inevitable, que no ha sido algo necesario y que ha sido un dolor injustamente provocado. Cuarto, es el momento del diálogo. Dialogar con todos sin excepción. Y para eso hay que superar los silencios. Hay que recuperar el silencio del respeto. Quinto, usar en la medida de lo posible palabras que nos acerquen a los demás. Eso es muy duro, lo más difícil, y es lo que más tiene que costar a las personas que han sufrido. Sexto, prudencia. No exigir dimensiones humanas que van más allá de lo que se puede imponer a una persona. Ahí viene lo del arrepentimiento y el perdón. Yo naturalmente puedo exigir a cualquier victimario que no vuelva a hacerlo nunca más, que esté dispuesto a reconocer lo que ha hecho y a repararlo en lo posible. Pero el perdón individual es un ideal ético. Además, si se exige el perdón individual a una persona, podría suceder que no se pueda exigir a ésta que perdone. Séptimo, utilizar lo menos posible las palabras que no ayudan. Por ejemplo: vencedores y vencidos. El vencido ha sido la violencia y el vencedor, el Derecho, la Justicia. Octavo, no arrogarse el protagonismo de decir nosotros hemos traído la paz o nosotros vamos a traer la paz.

El trayecto

Reconocimiento del daño y pluralismo político

-¿Cómo debe ser el trayecto? ¿Quiénes deben participar y de qué manera? ¿Creen que hay un camino que tiene que recorrer la izquierda abertzale consigo misma y luego otro por parte del conjunto de la sociedad?

-Mujika. ¿Quiénes deben participar? Todos. No hay que hacer distinciones. A las víctimas no tenemos derecho a exigirles nada. Tenemos que estar dispuestos a escucharlas, a respetarlas, y a protegerlas. La sociedad les debe la posibilidad de que den testimonio directo de lo que les ha ocurrido, pero hay que pedirles que hagan una narración prepolítica y universalmente aceptable y ayudarles a que no queden prisioneras del pasado. También les pediría que no se dejen utilizar y que no se arroguen las competencias que no tienen, ya que no son dirigentes políticos. Respecto a la Izquierda Abertzale, la tradicional, creo que sí tiene cierta responsabilidad especial en este momento. ¿Qué ha de hacer? A mi juicio, dejar claro que no se deben mezclar nunca más conflicto político y violencia. Segundo: actitud firme, valiente y humilde. Humilde quiere decir que descarte cualquier apelación a la épica. Este país no necesita héroes, sino líderes positivos. Además, utilización de un lenguaje adecuado y formación de la gente en el rechazo total de un vocabulario arrogante. Respecto a los partidos políticos e instituciones, les pido que renuncien a dos cosas: a presentarse como los únicos protagonistas y a evitar la tentación de utilizar el terrorismo y hasta el dolor de las víctimas como comodín para una política de bajos vuelos. A las instituciones, estudiar seriamente las medidas más convenientes para esta pacificación, sabiendo que el objetivo es hacer Justicia. ¿Y qué pediría a la sociedad civil? Que sea el actor fundamental en la vida diaria.

El relato

¿Convivencia justa sin el recuerdo?

-¿Es posible hacer una convivencia justa sin el recuerdo de lo que ha pasado y del daño causado. ¿Cuánto tiempo ha de pasar para alcanzar la deseada situación de convivencia democrática? ¿Dos generaciones, por ejemplo?

-Mujika. Es posible hacer una convivencia justa, pero no sin el recuerdo de lo que ha pasado y del daño causado. El reconocimiento y un intento absolutamente serio de reparar en lo posible el mal hecho es fundamental para que haya pacificación. Pero, ¿en cuánto tiempo? La pacificación total, la convivencia perfecta no existirá nunca, pero avances importantes hay que verlos mucho antes de dos generaciones, y el hecho de cómo empecemos ahora, qué vocabulario utilicemos, qué capacidad de autocrítica tengamos, eso se tiene que empezar a vislumbrar ya en los tres, cuatro, cinco meses primeros. Y luego los pasos más importantes para poder considerarnos que pertenecemos ya a una sociedad democrática y adulta que sabe convivir con todos los problemas que se le puedan presentar eso tenemos que conseguirlo en tres o cuatro años.

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