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SANTA ENGRAZIA CITA DE MONTAÑEROS

SANTA ENGRACIA, CITA DE MONTAÑEROS

Lugar abrupto y bello de Euskal Erria, se ha proclamado la conica peña Santa Engracia, enclavada en termino municipal de Cestona, y concretamente a una legua de Aizarna.

Todos los domingos y festivos, jacarandosos grupos de montañeros, insuflan de canciones el cambiente cielo de la endorreica cuenca aizarnatarra, al adentrarse en ella, con el norte puesto en la ermita de Santa Engracia.

Parece inaccesible, a primeraa bista, esta colina asomada con descaro a barranco de Granada-erreka, ( Cuna del infatigable Ignacio Eizmendi “Basarri”) reserva de aguas potables del Zarauz cosmopolita. Pero un camino vecinal,situa al automovilista comodon en la misma base del caserio “Santa Engracia” que dispone de bar con sevicio permanente de bailables, al atardecer dominguero, amenizado por un incansable acordeonista aficionado.

La fiesta es como un orgasmo múltiple e irrealizable. Los de este caserio guardan la llave de ermita , información de interes para excursionistas debutantes.

¿Setecientos ...? ¿Ochocientos?años? Difícil concretar la antigüedad de la preciada iglesuela. Se considera a Santa Engracia, como la primitiva parroquia de Santa Maria de Sarna y barrios aledaños .A este respecto, el obispo Adriani de Pamplona, testifico que la basilica de Santa Engracia de Xarma, era una de las primeras de su Diócesis.

En el archivo municipal de Cestona, consta el robo que en 1691 , sugrio la serora, Doña Maria Perez de Echaide. Le hurtaron ropa blanca, un caliz y patena de plata un pernil , quesos y 30 reales en metalico, sombrero blando. Otros dos sujetos se tocaban con montera y un cuarto individuo, esperaba fuera, con la caballeria, Maltrararon a la mujer ,dejándola atada de pies y manos. Detuvieron a Juan de la Villa, como presunto autor de la fechoría.

La peña de Santa Engracia, expuesta a todas las exhalaciones atmosfericas, es un paraje castigadísimo por las vendavales u tormentas, Junto a la ermita, se aprecian las derruidas paredes, de la casa que habito la familia guardian del santuario.Una centella destruyo el inmueble, causando la muerte del santero.

Con frecuencia es dañada la ermita por las “tximistas”(rayos) que descargan en el espectacular emplazamiento. `precisamente el año pasado, se llevo a efecto una restauracion de la mampostería agrietada y de la rustica espadaña, que se desplomaba.Se hizo una llamada a la caridad , que tuvo feliz acogida.

En el humilde interior ermitaño, se venera la tosca imagen de la martir zaragozana, al que cortejan Santiago Peregrino y San Pàblo.

Carente de esferas , puntualmente engrasada su maquinaria, un reloj de repeticiaon, construido por la zumayana firma “Yeregui Hermanos”el año que estallo la primera guerra europea, continua impertérrito cortando el tiempo a hachazos. Desgran las horas con cierta mayestatica melancolia, y l el capricho del viento, esparce las campanadas por las aldeas de Urdaneta, Alzola de Aya, Elcano, Aizarna.

Cuenta la leyenda que un fornido carnero del caserio “ Apategui”arrastro la enorme la campana del santuario hasta la cima, ante los fallidos intentos de las yuntas de bueyes que no podian transitar por la rocosa senda.

Alguna fuerza misteriosa ejerce el “tontor” (cima )de Santa Engracia. ?Sera su rusticidad ¿ ¿Su soledad¿ ¿Su enclave?

Lo ignoro. Pero es una excursion que se graba en el fichero de los recuerdos, con caracteres indelebles. Nadie queda defraudado, con tal de que goze de un adarme de sensibilidad.

Desde alli se divisan dos mares:Un mar.cantábrico y un mar montañoso. Esta conjunción sutil y cadenciosa robustece nuestro amor a la Naturaleza, que con prodigalidad, distribuyo sus gracias sobre Guipúzcoa.

La atracción del lugar, escribe Arteche, sacudio el corazon del glorioso marino guetariano, Juan Sebastián Elkano, cuando cercano el fin de sus dias, tripulando por los mares equinocciales, hace su testamento, destinando un ducado para la ermita de Santa Engracia.

LA OTRA GUIPUZCOA DE ( IÑAKI LINAZOSORO)

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