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Herri txiki bat, denontzat

Egoera berriari begira

Bakerako bidean, Ezker Abertzaleak eman dituen pausoak ikusita, Jesus Egigurenek egin berriak dituen adierazpenak, zer esan handia jarri dute komunikabide eta politikari askoren artean.

Indarkeriaz ez baliatzearen alde egin dituzten adierazpenak eta aurrerako dituzten asmoekin sinesten duela esaten du politikari honek eta egoera berriari aurre egiteko garaia dela adierazten du, baina badirudi lurrikara bat sortu duela egin dizkioten jarrerak ikusita.

Denok dakigun bezala Azken bake prozesua aktibatzen lan ugari egindako politikaria dela ezin dugu ukatu, eta Euskaldun gizartea ondo ezagutzen duen politikarietako bat dela ere ez. Bide berri bat irekitzeak beti ditu arriskuak eta estropezuak ere bertan egiten dira, baina ahaleginak egiteak beti merezi duelakoan nago.

Egoera berri honi aurre egiteko ekintza berriak proposatzen ditu eta gobernuko Lehendakariari eskatu dio hauek kudeatzea. Egoera berri honen oinarriak indarkeria eta inposaketak alde batera uztea badira, jarrai dezala bide hau jorratzeko ahalegin guztiak egiten, nahiz eta denok bidean zerbait utzi beharra izan.

Proposatzen dituen ekintzak eta egiten dituen hausnarketak, Diario Vasco egunkariak argitaratu zituen eta hemen bertatik kopiatuta azaltzen ditut behean.

Jon Egiguren

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Diario Vasco egunkarian argitaratua

DAVID GUADILLA / San Sebastian/ 15/05/10

Eguiguren urge un pacto en Euskadi sobre los presos y la legalización de Batasuna. El presidente del PSE sostiene que los partidos vascos deben «incentivar» el debate surgido en la izquierda abertzale

JESUS EGUIGUREN

Biografía. Acaba de cumplir 56 años. Nació en Aizarna (Zestoa) el 2 de junio de 1954. Licenciado en Derecho. Trayectoría política. Parlamentario vasco desde 1982. Fue presidente de la Cámara entre 1988 y 1991. Desde 2002 es presidente del PSE. Llegó al cargo al mismo tiempo que Patxi López a la secretaría general. Impulsó el último proceso de paz.

LAS CLAVES

REALIDAD "Una cosa es no dejarse engañar y otra obstaculizar un proceso histórico"

CONPARACION «Un proceso como el anterior no se va a dar. Nadie se baña dos veces en el mismo río»

FUTURO «Construir la paz es un negocio caro y puede cambiar las mayorías»

«Creo sinceramente que una cosa es estar atento y no dejarse engañar, y otra no ver la germinación de un proceso histórico positivo y por tanto obstaculizarlo». Jesús Eguiguren, presidente del PSE y mayor referente del partido en temas de pacificación, ha elaborado un documento de reflexión -no discutido todavía en los órganos internos del partido- en el que pide a las formaciones democráticas de Euskadi que alcancen un «consenso de mínimos» para «impulsar e incentivar» el debate que se está desarrollando en la izquierda abertzale y estar preparados en caso de que se «confirme» su voluntad de distanciarse de la violencia. Aunque sostiene que tendrá que ser el mundo de Batasuna el que «resuelva sus problemas» y admite que no hay garantías de éxito, el presidente del PSE considera que los partidos vascos deben adelantarse a los acontecimientos y fijar una postura común sobre la cuestión de los presos o la legalización de los grupos proscritos. El dirigente socialista vasco parte de una premisa: «Un proceso como el último no se va a repetir. Nadie se baña dos veces en el mismo río. Porque el agua que lleva el río ya no será el mismo, y el bañista tampoco. En nuestro caso, ni siquiera el paisaje por el que pasa es el mismo». Es decir, Eguiguren ve imposible reeditar una negociación similar a la que desembocó en 2006 en un alto el fuego de ETA, que la banda frustró con el atentado de la T-4 en Barajas. Aquel parón llegó tras varios meses de negociaciones entre el propio presidente del PSE y el entonces portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi.

Sin embargo, a su juicio, el escenario actual es muy diferente. Tanto, que considera que algunas de las teorías 'históricas' mantenidas en Euskadi durante los últimos veinte años han perdido razón de ser. Por ejemplo, las que contenía el Pacto de Ajuria Enea. «Su filosofía ha presidido hasta ahora, mejor o peor, todos los procesos de paz (...). Una de estas premisas fundamentales era que cuando ETA diera señales de querer acabar con el terrorismo se procedería a un final dialogado. Después del último proceso de paz, esto ya no vale. Quizás tampoco valía antes del proceso y pasó lo que pasó».

Tras varios meses en los que se han sucedido las declaraciones de la izquierda abertzale abogando por las vías políticas e, incluso, reclamando de manera indirecta a ETA un alto el fuego -petición que ha sido desoída por la organización en reiteradas ocasiones-, Eguiguren admite que se trata de un tema «resbaladizo» en el que no se sabe si lo insinuado por la izquierda abertzale se va a confirmar o no. «Pienso que sí», afirma con cierto optimismo, pero, aunque no existan certezas, el líder del PSE cree que «la virtud de la política consiste en adelantarse a los acontecimientos, porque si no los acontecimientos arrastran si pillan a los gobiernos mirando para otro lado».

Dos posibles estrategias

Aunque defiende el valor de las tesis más ortodoxas y el trabajo impulsado por Alfredo Pérez Rubalcaba -«nadie discute que el acierto del Ministerio del Interior y la estrategia del Gobierno nos están llevando a donde estamos»-, Eguiguren sostiene que «la política» sigue siendo necesaria y que, de cara al futuro, hay dos posibles estrategias. La primera, «no hacer nada especial», sólo mantenerse «vigilante; si lo tienen claro, ya irán ellos». La segunda, «plantearse si se debe incentivar esa evolución en la izquierda abertzale al mismo tiempo que se es tajante en la exigencia de las garantías de rechazo a la violencia de ETA» y comprometerse «a impulsar una incorporación a las instituciones de su representación política, a la elaboración de una agenda o método de reinserción, medidas humanitarias...».

«Personalmente creo que lo más acertado, aunque también lo más arriesgado, es la segunda opción», aclara Eguiguren. Por dos motivos, porque la evolución en el seno de la izquierda abertzale «no es irreversible y se ayuda más incentivando que manteniéndose pasivo» y porque, «aunque no compartamos la teoría del conflicto y los análisis de la izquierda abertzale, hay unas realidades que no debemos olvidar: el número de presos, el de detenidos, el de familiares o amigos afectados, las adhesiones que se mantienen a la causa, el rechazo frontal del sistema que está detrás de todo esto». «Es un problema de unas raíces y unas dimensiones que seguro es imposible afrontar desde la mera inacción», dice el presidente del PSE en un documento en el que también especula sobre cómo será el final de ETA y el desmarque de la izquierda abertzale.

«Batasuna, primero, empezará criticando la estrategia violenta, luego repudiándola, alguna vez condenándola según sea el atentado. Tampoco pedirá a ETA que deje las armas, sino que pare un tiempo o cualquier cuestión similar. ETA podrá plegarse o no a la petición. Y aunque se pliegue puede atentar. Y cuando paren, unos lo harán por convicción y otros como táctica para volver cuando puedan», sostiene.

Un «parón frágil» que para consolidarse dependerá de lo que haga la izquierda abertzale. A su juicio, para volver a la legalidad, tienen que ser los propios radicales los que «resuelvan sus problemas» porque «nadie va a derogar la Ley de Partidos». Por tanto, tienen dos opciones, formar una alianza con otras fuerzas, una alusión al polo soberanista que promueve Eusko Alkartasuna, «o simplemente cortar el nudo gordiano y proceder a constituir, a través de una asamblea constituyente, un nuevo partido». Incluso, considera que dentro de la izquierda abertzale se estaría extendiendo un «planteamiento realista» de un abandono de las armas sin contrapartidas. Una salida que para Eguiguren es la única viable. «Nunca el Gobierno les puede dar lo que acaban pidiendo ni ellos pueden aceptar lo que les puede dar un Gobierno». Ante esa imposibilidad, añade, «es mucho más digno para ellos justificar su lucha pasada y los logros obtenidos según ellos. Punto».

Un escenario al que los partidos vascos deben responder desde la unidad. «Creo que la parte política del proceso final del terrorismo, o si se quiere, del proceso inicial de la paz, debe estar básicamente en manos de las instituciones vascas». Una entente en la que tendría que estar el PNV y, especialmente, el PP porque una sintonía entre socialistas y populares en Euskadi podría mitigar las presiones que llegarían por parte de algunos dirigentes políticos del resto de España, sobre todo, de algunos sectores del PP.

Consenso minimo

Eguiguren se muestra convencido de que lograr «un gran acuerdo político que todo lo soluciona» es casi imposible. «El arreglo que necesitamos es ese consenso mayoritario sobre las normas y el sistema que se vive», apunta el líder de los socialistas vascos, quien defiende un «consenso mínimo» para decidir «qué vamos a hacer si ellos rechazan el terrorismo o ETA decide parar». A pesar de que reconoce no saber cuál tendría que ser la fórmula definitiva, explica que «eso hoy significa hablar de compromisos para la vuelta a la legalidad y a las instituciones de la izquierda abertzale, significa hablar de políticas penitenciarias y de reinserción social, y de otras tantas cuestiones que todos tenemos en mente», agrega en su texto. Unos pactos a los que habría que dar consistencia mediante una comisión parlamentaria «y con un comisionado nombrado por el lehendakari». Una estrategia que puede ser contraproducente para el Gobierno Vasco y los propios socialistas vascos. «Construir la paz es un negocio caro», admite en el texto. «La explicación es tan sencilla como que un acuerdo en este tipo de temas lleva a perder la simpatía de muchos de los suyos por considerar que ha cedido ante el enemigo (...), aunque la solución del conflicto sea enormemente positiva», recalca Eguiguren.

Y para el PSE, agrega, «puede ser doblemente caro». El líder de los socialistas vascos es consciente de que si la izquierda abertzale rompe amarras con ETA y recorre el camino hacia la legalidad estará presente en el Parlamento de Vitoria y cambiará de raíz el juego de mayorías que han permitido a Patxi López ser lehendakari. Según Eguiguren, «quien hoy es oposición» podría acabar en el Gobierno, una referencia al PNV y al apoyo que recibió Juan José Ibarretxe de las diferentes marcas que registró la izquierda abertzale en la Cámara autónoma durante sus años de mandato. «Mucha habilidad y acierto tendríamos que tener para evitarlo, pero cosas más difíciles hemos hecho. Además, perder habiendo conseguido la paz, eso sí que sería una derrota dulce. Mucho más dulce que una victoria sin haber conseguido la paz», concluye.

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